Tacones

Esta mañana, tomada del brazo de una barra fría de tranvía, he perdido algo. Camino como andaba de mis nuevas obligaciones matinales, y montada en un vehículo que me conducía y no al revés, he tenido necesariamente que dejarla pasar de largo. Y tengo la certeza de que no volveré a buscarla, porque si lo hiciera no la encontraría y la perdería por segunda vez, y no, más perder no. Pero allí estaba, con los muros de la facultad de Historia de telón de fondo, aislada del resto y a la par integrada por el gris circundante. Dos zapatos negros de tacón, abandonados, pero en pie y cada uno en su lugar correcto, mirando hacia delante, detenidos sin dueño en medio de un paso corto.

Esta mañana he perdido otra foto.