viernes, 9 de febrero de 2007

Las trampas del drama

"-La guerra me sorprendió en Alemania. La mujer a la que entonces amaba me denunció a la Gestapo. Fueron a verla y le enseñaron una foto en la que estaba yo abrazado a otra mujer. Aquello la hirió y ya sabe que el amor adquiere muchas veces el aspecto del odio. Fui a la cárcel con la particular sensación de que había sido el amor el que me había mandado allí. ¿No es maravilloso encontrarse en manos de la Gestapo y saber que se trata en realidad del privilegio de un hombre que es demasiado amado?

Jakub respondió:

-Si hay algo que realmente me ha disgustado del hombre es la forma en que su crueldad, su bajeza y su estrechez de miras se disfrazan de lirismo. Le envió a usted a la muerte y vivió aquello como la sensible actitud de un amor herido. Y usted fue a la horca por culpa de una imbécil, con la sensación de estar haciendo un papel en una tragedia escrita por Shakespeare para usted."

Milan Kundera: La despedida.
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El actor Derek Luke, interpretando a Patrick Chamusso en la película "Catch a Fire". Como el personaje de la novela de Kundera, Chamusso también será denunciado a las autoridades por su mujer, a la que enseñan unas fotografías que despiertan viejos fantasmas. Los agumentos universales se repiten una y otra vez, pero la identificación del arcano no hace sino reafirmar nuestras convicciones pre-aprendidas, y empujarnos a cumplir guiones. Y no, no es tan fácil rebelarse. El rebelde que se niega a aceptar el papel impuesto es, obviamente, también otro arcano. Ah, viejo dilema. Todos, todos arcanizados, todos guionizados. El cumplimiento del deber, guionizado; el despecho, guionizado; el amor imposible, guionizado; el intelectual solitario, guionizado; el aventurero, ¡guionizado!

No sé dónde empieza la realidad de este planteamiento ni si sólo es un mero juego mental... O quizá su realidad, más que probable, no tenga la más mínima importancia.

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