jueves, 17 de mayo de 2007

No al Caufec



Hay tres jóvenes colgados con cuerdas de la fachada de mi edificio. Bueno, no es exactamente el mío, es una de las tres torres gemelas en donde vivo, la que se encuentra justo enfrente. Por eso puedo verlos cuando me asomo al balcón. Hoy debo haber salido una docena de veces: en pijama, con el café, con la cámara, con el cepillo de pelo, con la cámara de nuevo, vestida, con la cámara, en pijama de nuevo, siempre con la cámara. Y ahí están ellos, pacientes.

No están colgados porque les toque las pelotas el Pla Caufec, que es lo que podría pensar uno a priori al leer la inmensa pancarta que tienen colgada a lo largo de la escalera de incendios (reza así: "Està tot fatal. No al Pla Caufec"). No están colgado por eso, digo, porque a la mayoría de los vecinos de Esplugues les repatea los higadillos el susodicho plan y aquí sólo hay colgados tres muchachos. A los espluguetanos les pone los pelos de punta que se vayan a utilizar zonas verdes de barrios residenciales y tranquilos para levantar complejos urbanísticos con oficinas y centros comerciales inclusive (y algún piso de protección, que no se diga, claro), pero nosotros estamos en casa, calentitos y acomodados.

Y ellos en cambio siguen ahí. Ayer en el Ayuntamiento, hoy sobre ese somier algo cochambroso -lo veo desde aquí, tengo que decirlo- sujetado con cuatro cuerdas y nudos de escolta que llevan años ensayando. Silbando al grupo de simpatizantes y compañeros que abajo, desde los jardines, les hacen compañía con su discreta presencia. Esta gente lleva 16 años quejándose del Caufec. 16. Se dice muy pronto. Yo no sé si esto va tener repercusiones, pero ojalá que de tanto, tanto, tanto dar contra el cristal, la luciérnaga acabe colándose en la bombilla. Porque estos tres no están colgados porque se opongan al Caufec: lo están porque son tozudos y están empeñados en seguir quejándose todo lo que haga falta, y el tiempo no les puede.

Yo me quito el sombrero, me desconcierto un poco (mucho movimiento últimamente: fotos urbanas, responsabilidades laborales, mañana Berlín gehen...) y me asomo una vez más. Alguien tose; a estas alturas el viento sopla con garra. No digo nada, pero me retiro con la sensación de formar parte de algo. Parece que un mecanismo impreciso empieza a girar de nuevo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sisi! Vaig fer la peça l'altre dia i em vaig recordar de Ràdio Esplugues...

JP

Anónimo dijo...

Per cert m'has de dir com es pengen audios al blog!!

JP